Píldora del día después para todas

Después de un año de acalorados debates -más morales que científicos- la Agencia del Medicamento de EEUU (FDA) dio el visto bueno a la comercialización, sin receta, de la llamada píldora del día después, un anticonceptivo de emergencia que hoy en Chile sólo puede adquirirse bajo permiso médico y en caso de violación.


Una situación que cambiaría desde fines de septiembre cuando un instructivo del Ministerio de Salud (Minsal) esté en los escritorios de todos los consultorios públicos del país, con la orden de entregar el fármaco a todas las mujeres -mayores de 14 años- que lo soliciten, y en forma gratuita, cuando lo amerite el caso.


Así lo revelaron a La Nación fuentes del Minsal, que aclararon que, a diferencia de EEUU, en nuestro país se mantendrá la obligación de presentar la receta de un especialista para adquirir la píldora y se exigirá la autorización de los padres, cuando las demandantes sean menores de 14 años.


La ministra de Salud, María Soledad Barría, justificó la medida -hace algunos días- en la equidad sanitaria, ya que pese a las actuales restricciones la población con más recursos puede comprar la pastilla en farmacias, bajo cualquier circunstancia. El anuncio reflotó viejos debates y críticas sobre el tema. Hay que recordar que fue durante la administración de la Presidenta Michelle Bachelet, en Salud, que se aprobó esta píldora, desatándose desde entonces una batalla judicial entre el Gobierno y grupos autodenominados pro vida, que recurrieron a tribunales para evitar la venta libre del fármaco por considerarlo abortivo, hecho que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) desmiente.


Pese a ello y al igual que en EEUU y otros países, la salud pública se ha impuesto sobre los debates morales. De hecho, la Corte Suprema de Justicia chilena señaló en 2005 que la pastilla no se considera abortiva, por lo que no hay impedimento para entregarla, con receta médica, a las mujeres que lo requieran. Y así se hará.


El tope de edad -14 años- ha sido el foco de las nuevas críticas. Un tema que Barría zanjó indicando que si los distintos sectores políticos (especialmente los conservadores) apoyan una ley (de responsabilidad penal juvenil) que dice que los mayores de 14 son responsables de los actos delictuales que cometen, entonces esos jóvenes también tienen el discernimiento para ser responsables de las decisiones sobre su propio cuerpo y salud.